martes, 30 de septiembre de 2008

El Coquena - Leyenda Salteña


En las inmensas soledades de la puna, los ganados están protegidos. Un enanito misterioso, un duendecillo, que todo lo ve, es quien defiende sus vidas de las crueldades humanas. Nadie ha visto a Coquena. Es fama que tiene cara de cholo y viste casaca y pantalón de vicuña. Lleva también diminutas ojotas y ancho sombrero de suave pelo. Desde las alturas contempla sus bestias sin ser visto. Sólo se ha escuchado su silbido, que es mágico llamado. Pero es tal la seguridad de su presencia que todos le temen. Por eso no matan vicuñas ni llamas para utilizar su pelo.
Prefieren cortar suavemente el vellón. Tampoco maltratan a las arrias cuando cargadas de sal, bajan de los cerros. Se cuentan historias, en que justiciero, Coquena ha quitado las llamas a quien no sabía valorar ese don; y como ha premiado a los buenos pastores que, en tormentas de nieve, cuando el viento blanco amenazaba cubrirlo todo, salvan con peligro de su vida su hato de cabras en plena borrasca. Y está su persona tan ligada a los hechos que ocurren por estas regiones, que, en Salta, cuando aparece un forastero, para adquirir provisiones y, tocándose con el codo, murmuran: "Es coquena".

De un escrito de Juan Carlos Dávalos.
COQUENA
Cazando vicuñas anduve en los cerros
Heridas de bala se escaparon dos.
- No caces vicuñas con armas de fuego ;
Coquena se enoja, - me dijo un pastor.

- ¿Por qué no pillarlas a la usanza vieja,
cercando la hoyada con hilo punzó ?
- ¿Para qué matarlas, si sólo codicias
para tus vestidos el fino vellón ?

- No caces vicuñas con armas de fuego,
Coquena se venga, - te lo digo yo
¿No viste en las mansas pupilas obscuras
brillar la serena mirada del dios ?

- ¿Tú viste a Coquena ? - Yo nunca lo vide,
pero si mi agüelo, - repuso el pastor ;
una vez oíle silbar solamente
y en unos tolares, como a la oración.

Coquena es enano ; de vicuña lleva
sombrero, escarpines, casaca y calzón,
gasta diminutas ojotas de duende,
y diz que es de cholo la cara del dios.

De todo ganado que pase en los cerros
Coquena es oculto, celoso pastor ;
Si ves a lo lejos moverse las tropas,
es porque invisible las arrea el dios.

Y es él quien se roba de noche las llamas
cuando con exceso las carga el patrón.

Juan Carlos Dávalos.


lunes, 29 de septiembre de 2008

La Leyenda




Retrocederemos en el tiempo hasta llegar a épocas remotas en que los calchaquíes habitaban el Noroeste argentino y no sabían emplear hierbas naturales para calmar sus dolencias.La gente de la tribu vivía sufriendo la pérdida de sus seres queridos que enfermaban y no podían ser curados.El hechicero del lugar, que en realidad lo único que pretendía era llegar a ocupar el lugar del cacique, no sentía ninguna tristeza por el estado de los niños, mujeres y hombres que morían uno tras otro.Mama Quilla, la Luna envió a su hija para ayudar a los hombres y en poco tiempo la joven había enseñado a la gente a detectar su enfermedad y a emplear hierbas curativas que la combatieran.A su lado jamás faltaba el hijo del cacique, quien, al igual que su padre, no quería otra cosa que el bienestar de su gente.Con el correr del tiempo el príncipe y la joven se enamoraron y fueron autorizados por el cacique a festejar la feliz boda a la que concurrió toda la tribu.El único disconforme fue el hechicero, de quien ya nadie se acordaba.Oculto en el rincón más oscuro de su tienda, éste invocó al diablo pidiéndole que le ayudara a envenenar al cacique.En poco tiempo el pobre cacique cayó mortalmente afectado.Por más que los jóvenes esposos hicieron los mayores esfuerzos y elevaron sus plegarias a los dioses, el cacique cerró los ojos para siempre en una tarde, tan triste como la gente de la tribu.El malvado hechicero salió de su choza para arengar a los hombres en contra del príncipe y de su esposa, acusándolos de ser culpables de la muerte del cacique.Los hombres de la tribu, confundidos, creyeron esas palabras y obedecieron al hechicero, que ordenó que ataran a los jóvenes a una piedra en medio del valle para dejarlos morir.Así fue, maniatados en un peñasco elevado, lastimados por los malos tratos el príncipe y la joven recibieron la noche.Sangraban su frente y sus manos, pero apoyando sus cabezas lo más juntas posibles soportaban el dolor.Mama Quilla viendo lo que sucedía, los transformó en dos pájaros de pluma gris y cabecita roja, conocidos por nosotros, como cardenales.
Anónimo


Tarea:

1_ Busca en diccionario los terminos desconocidos.
2_ ¿Quiénes son los personajes de esta Leyenda?
3_ ¿En que region argentina tiene origen?
4_ Escribi brevemente la secuencia narrativa.
(Instroducción, Nudo y Desenlace)